¿Quién fue Oppenheimer?
- Alberto LLorens
- 25 ago 2023
- 6 Min. de lectura

Julius Robert Oppenheimer (22 de abril de 1904 - 18 de febrero de 1967) fue un influyente físico teórico estadounidense. Nacido en Nueva York, Oppenheimer estudió filosofía, literatura e idiomas antes de sumergirse en la física. Dirigió el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial en el laboratorio de Los Álamos, un logro que lo definió en la historia. Su profundo involucramiento en el proyecto lo llevó a ser conocido como "el padre de la bomba atómica". A pesar de su contribución científica, su relación con el gobierno de EE. UU. se vio afectada por acusaciones de seguridad y afiliaciones políticas, lo que resultó en su revocación de la autorización de seguridad en 1954. Oppenheimer continuó su trabajo en la física y dejó un legado duradero en la ciencia y la historia del siglo XX.
Oppenheimer dejó un legado profundo en la ciencia y la historia. Fue fundamental en el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, pero su legado se extiende más allá de esto. Contribuyó a la comprensión de la física nuclear y dejó una marca duradera en la teoría de agujeros negros. Su trabajo científico influyó en la comprensión del universo y sigue siendo relevante en la actualidad. Además de su contribución científica, su legado incluye su papel en la formación de la era nuclear y su influencia en la política científica. A pesar de controversias, Oppenheimer es recordado como una figura central en la ciencia y la historia del siglo XX.
Oppenheimer consiguió logros notables en el campo de la física, como la aproximación de Born-Oppenheimer. También trabajó en la teoría de electrones y positrones, el proceso de Oppenheimer-Phillips de la fusión nuclear y en la primera predicción sobre el efecto túnel. Junto a sus alumnos hizo importantes contribuciones a la teoría moderna sobre las estrellas de neutrones y los agujeros negros, así como a la mecánica cuántica, la teoría cuántica de campos y las interacciones de los rayos cósmicos. Como profesor y promotor de la ciencia, se le recuerda como uno de los fundadores de la escuela estadounidense de física teórica que ganó prominencia mundial en la década de 1930. Después de la Segunda Guerra Mundial, también ocupó el puesto de director del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.
El proyecto Manhattan
El general Leslie Groves junto a Oppenheimer en el desarrollo del proyecto Manhattan (Circa 1944)
El Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto de investigación llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá. Su objetivo final era desarrollar la primera bomba atómica. La investigación científica fue dirigida por Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie R. Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación. El más importante fue el Distrito de Ingeniería Manhattan, situado en el actualmente conocido como Laboratorio Nacional Los Álamos, en Nuevo México.
El proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas (física, química, ciencias informáticas). Tras los experimentos previos a la guerra en Alemania, se sabía que la fisión del átomo era posible y que los nazis estaban ya trabajando en su propio programa nuclear. No costó reunir a todas aquellas mentes brillantes, con el objetivo de conseguir la bomba antes que los alemanes.[cita requerida]
En la carrera por la bomba nuclear, los alemanes tenían el Proyecto Uranio y los soviéticos la Operación Borodino.
Los Álamos
Cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, Oppenheimer se involucró fuertemente en los esfuerzos para desarrollar una bomba atómica que ya ocupaba mucho del tiempo y equipamiento del Laboratorio de Radiación de Ernest Lawrence, en Berkeley. En 1941, Lawrence, Vannevar Bush, Arthur Compton y James Conant intentaban que el Comité Uranio, establecido por el presidente Franklin Delano Roosevelt en 1939, les asignara el proyecto de la bomba, porque opinaban que avanzaba con demasiada lentitud. Invitaron a Oppenheimer para que asumiera el trabajo de cálculo sobre los neutrones, tarea a la que se enfrentó con pleno vigor, renunciando a lo que llamó sus «vagabundeos izquierdistas» para dedicarse a los que ahora consideraba su deber (aunque aún tenía muchos amigos y estudiantes muy radicales). Cuando el ejército de EE. UU. recibió la jurisdicción sobre el esfuerzo de la bomba, ahora bautizado Proyecto Manhattan, el director del proyecto Leslie R. Groves (que había terminado recientemente la dirección de la construcción del Pentágono) nombró a Oppenheimer director científico del proyecto, una acción que sorprendió a muchos. Groves conocía los problemas potenciales de seguridad ligados a Oppenheimer, pero lo consideró como el mejor hombre para dirigir un equipo diverso de científicos y que no estaría afectado por sus tendencias políticas anteriores.
Una de las primeras acciones de Oppenheimer fue albergar una escuela de verano sobre la teoría de las bombas en las instalaciones del proyecto en Berkeley, reuniendo a físicos europeos y a sus propios estudiantes. Este grupo, que incluía a Robert Serber, Emil Konopinski, Felix Bloch, Hans Bethe y Edward Teller; se ocupó de calcular qué era necesario hacer, y en qué orden, para construir la bomba. Cuando Teller expuso la remota posibilidad que la bomba generaría calor suficiente para encender la atmósfera (un evento que pronto Bethe demostró que era imposible), Oppenheimer estuvo tan preocupado por esa posibilidad que se reunió con Arthur Compton en Míchigan para discutirla. Al mismo tiempo, las investigaciones del proyecto adelantaban en muchas universidades y en muchos laboratorios de todo el país, planteando problemas tanto para la seguridad como para la cohesión del proyecto. Oppenheimer y Groves decidieron que necesitaban un laboratorio centralizado y secreto. Buscando un sitio, Oppenheimer propuso una región de Nuevo México no muy lejos de su rancho. En una meseta cerca de Santa Fe, la capital de Nuevo México, se construyó rápidamente el laboratorio de Los Álamos, un grupo banal de cuarteles rodeados de lodo. Ahí Oppenheimer consiguió reunir un grupo de los más brillantes físicos de la época, incluyendo a Enrico Fermi, Richard Feynman, Robert R. Wilson y Victor Weisskopf, así como Bethe y Teller. Allí nació en 1944 la segunda hija de Oppenheimer, Katherine (llamada Toni).
Un grupo de físicos asistiendo a una conferencia en Los Álamos durante la guerra. En la fila delantera (de izqda. a dcha.), Norris Bradbury, John Manley, Enrico Fermi y J.M.B. Kellogg; Oppenheimer está en la 2.ª fila, a la izqda., y a la derecha en la foto está Richard Feynman.
A Oppenheimer se le reconocía su dominio de todos los aspectos científicos del proyecto y sus esfuerzos para manejar los conflictos de cultura inevitables entre científicos y militares. Fue la imagen del proyecto para sus colegas científicos y ejerció su papel de director con gran prestancia. Victor Weisskopf lo expresó así:
No dirigió desde la oficina central. Estaba presente intelectual y hasta físicamente en cada paso decisivo. Estaba presente en el laboratorio o en las salas de seminario, cuando se medía un nuevo efecto, cuando se concebía una nueva idea. No era tanto por las ideas que aportaba algunas veces, sino que su influencia principal venía de algo más. Fue su presencia continua e intensa, que produjo en todos nosotros un sentido de participación directa; creó aquella atmósfera única de entusiasmo y desafío que impregnó el lugar durante todo su período.
Se organizó un gran revuelo (rápidamente silenciado por las autoridades militares) cuando, en 1947, en una entrevista sobre su trabajo, a la pregunta de por qué no se había probado la bomba de uranio (como la de Hiroshima) previamente (la del desierto de los Álamos fue de plutonio, gracias a los disparadores de Von Ardenne capturados en un submarino alemán), este contestó
No había nada que probar, los alemanes ya lo habían hecho antes, solo teníamos que usarla y ya está.
Mientras tanto, a Oppenheimer lo investigaban el FBI y el departamento de seguridad interna del Proyecto Manhattan por sus anteriores asociaciones izquierdistas. También lo siguió un agente del FBI durante un viaje inesperado a California en 1943 para encontrar a su expareja, Jean Tatlock. En agosto de 1943, Oppenheimer comunicó a agentes de seguridad del Proyecto que uno de sus amigos con contactos comunistas había solicitado secretos nucleares a tres de sus alumnos. Presionado acerca del asunto en reuniones posteriores con el general Groves y agentes de seguridad, identificó al amigo como Haakon Chevalier, profesor en Berkeley de Literatura Francesa. A Oppenheimer le pedirían declaraciones relacionadas con el «incidente Chevalier» y muchas veces prestó declaraciones contradictorias y equívocas, diciéndole a Groves que Chevalier se había puesto en contacto con solo una persona, y que dicha persona fue su hermano, Frank. Pero Groves, consciente de la importancia de Oppenheimer para las metas de los aliados, no lo podía retirar del proyecto a pesar de este comportamiento sospechoso.
Últimos Años
Se dice que después de la auditoría de seguridad de 1954, Oppenheimer quedó «como un animal herido», y empezó a retirarse a una vida más sencilla. En 1957 adquirió un terreno en playa Gibney, en la isla de Saint John, en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos. Construyó una residencia vacacional sencilla, donde pasaría varios meses por año, con su esposa Kitty. Oppenheimer también pasó bastante tiempo navegando con su esposa. A su muerte, su hija Toni heredó la propiedad, y la legó «al pueblo de St. John como parque público y área recreativa». En la actualidad, el gobierno de las Islas Vírgenes ha creado un centro comunitario allí, que puede alquilarse. La playa es conocida coloquialmente hasta hoy como «playa Oppenheimer».
Robert Oppenheimer, que era asiduo fumador de tabaco en pipa, falleció por cáncer de garganta reincidente en 1967. A su funeral asistieron muchos de sus asociados científicos, políticos y militares. Fue incinerado y sus cenizas se esparcieron en las Islas Vírgenes.
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